Si su hija está embarazada y piensa tener el bebé, a su familia le esperan muchos cambios. Y a pesar de que seguramente no es lo que la mayoría de los padres espera, sucede todos los días: cada año, casi un millón de adolescentes dan a luz en los Estados Unidos.
El hecho de que una hija adolescente se esté por convertir en madre (o que un hijo vaya a ser padre) puede ser abrumador para todos. ¿Cómo puede apoyar a su hijo a través de los desafíos que se avecinan?
Lo que puede estar sintiendo usted
Si se acaba de enterar de que su hija adolescente va a tener un bebé, es probable que sienta una gran variedad de emociones, desde conmoción y desilusión hasta pena y preocupación por el futuro.
Algunos padres tienen un sentimiento de culpa, piensan que si tan sólo hubieran hecho más para proteger a su hija esto no hubiera sucedido. Y aunque a algunos padres los avergüenza el embarazo de su hija adolescente y les preocupa cómo reaccionarán los familiares, amigos y vecinos, otros están felices por la noticia de la inminente llegada de un nieto, especialmente si la adolescente es mayor y tiene una relación madura.
Sean cuales fueran los sentimientos que usted tenga, es probable que éste sea un momento difícil para su familia. Lo importante es que su hija adolescente ahora lo necesita más que nunca. Es esencial ser capaces de comunicarse entre sí, especialmente cuando los ánimos están caldeados. Las adolescentes que llevan adelante un embarazo tienen preocupaciones especiales en lo que respecta a la salud, y su hija tendrá un embarazo más saludable (tanto a nivel físico como emocional) si sabe que no está sola.
Entonces, ¿qué puede hacer usted como padre de una adolescente que tendrá un bebé? Reconocer sus sentimientos y trabajarlos para poder aceptarla y apoyarla. ¿Eso significa que no tiene derecho a sentirse desilusionado e incluso enojado? No. Tales reacciones son comunes. Es probable que tenga un gran caudal de emociones que manejar, especialmente al principio. Pero la realidad del bebé que está en camino significa que tendrá que superar sus sentimientos iniciales para bien de su hija y del bebé.
Si necesita ayuda para manejar sus sentimientos sobre la situación, hable con alguien de su confianza o busque asesoramiento profesional. Un tercero neutral puede ser un excelente recurso en momentos como éste.
Lo que puede estar sintiendo su hija
Sólo un corto tiempo atrás es probable que las mayores preocupaciones de su hija hayan sido salir con sus amigos o decidir qué ropa ponerse. Ahora está lidiando con las náuseas matutinas y programando visitas prenatales. El mundo se le ha puesto patas arriba.
La mayoría de las adolescentes solteras no planean quedar embarazadas y a menudo, cuando sucede, sienten pánico. Muchas de ellas, en especial las más jóvenes, mantienen en secreto la noticia del embarazo porque temen el enojo y la desilusión de sus padres. Algunas hasta quizás se nieguen a sí mismas que están embarazadas, lo que hace que sea aún más importante para los padres intervenir y procurar atención médica para su hija lo antes posible. Los embarazos de las adolescentes más jóvenes, en particular, se consideran de alto riesgo porque sus cuerpos todavía no han terminado de crecer y aún no están del todo maduros.
Los adolescentes varones que van a convertirse en padres también necesitan que sus padres se involucren. A pesar de que a algunos muchachos les puede agradar la posibilidad de relacionarse con sus hijos, otros se sienten asustados y culpables, y es posible que sea necesario alentarlos para que enfrenten sus responsabilidades (en todos los estados, el padre es legalmente responsable de la manutención del niño).
Sin embargo, eso no significa que debe presionar a su hija o hijo adolescente para que se case si no lo desea. Ofrezca sus consejos, pero recuerde que obligar a su hijo a que acepte su opinión o usar amenazas a la larga se le puede volver en contra. Aquí no hay una solución que sirva para todos. Una comunicación abierta entre usted y su hijo o hija adolescente será de gran utilidad para analizar el futuro.
Preocupaciones especiales de las adolescentes embarazadas
A pesar de que la mayoría de las adolescentes son biológicamente capaces de tener bebés sanos, el hecho de que lo hagan o no a menudo depende de si reciben atención médica adecuada, especialmente en esos primeros meses críticos del embarazo.
Las adolescentes que reciben atención médica adecuada y cuidan de sí mismas tienen más probabilidades de tener bebés sanos. Aquéllas que no reciben atención médica corren mayores riesgos de:
- muerte fetal
- presión arterial alta
- anemia
- complicaciones durante el trabajo de parto y el parto (como parto prematuro y alumbramiento de un niño muerto)
- bebés con bajo peso al nacer
Cuanto antes reciba atención prenatal, más probabilidades tendrá su hija de tener un embarazo saludable, de modo que llévela al médico lo antes posible una vez que sepa que está embarazada. Si necesita ayuda para encontrar atención médica, averigüe en los grupos de servicio social de su comunidad o en la escuela de su hija.
El proveedor de atención médica de su hija puede decirle qué esperar durante el embarazo, cómo cuidar de sí misma y del bebé, y cómo prepararse para la vida como madre.
Atención médica
En su primera visita prenatal, es probable que a su hija adolescente le hagan un examen físico completo, que incluye análisis de sangre y de orina. Se le harán exámenes para detectar enfermedades de transmisión sexual (ETS) y para ver si estuvo expuesta a ciertas enfermedades, como sarampión, paperas y rubéola.
Su proveedor de atención médica también hablará sobre:
- con qué frecuencia deben programarse las visitas prenatales
- lo que su hija puede estar sintiendo tanto emocional como físicamente
- qué cambios puede esperar en el cuerpo
- cómo manejar algunos de los efectos secundarios incómodos del embarazo, como las náuseas y los vómitos
Saber qué esperar puede darle a su hija adolescente algo de alivio para algunos de los miedos que puede tener sobre estar embarazada. Es probable que su proveedor de atención médica le recete vitaminas prenatales diarias para asegurarse de que recibe suficiente ácido fólico, hierro y calcio. El ácido fólico es especialmente importante durante las primeras semanas del embarazo, cuando juega un papel fundamental en el desarrollo saludable del tubo neural (la estructura que se convierte en el cerebro y la médula espinal).
Cambios en el estilo de vida
El proveedor de atención médica de su hija adolescente le hablará sobre los cambios en el estilo de vida que tendrá que hacer por la salud de su bebé, entre ellos:
- no fumar (fumar durante el embarazo aumenta el riesgo de aborto, alumbramiento de un niño muerto, bajo peso al nacer y síndrome de muerte súbita del lactante)
- no beber alcohol (el alcohol provoca alteraciones de nacimiento mentales y físicas)
- no usar drogas (las drogas están relacionadas con complicaciones del embarazo y muerte fetal)
- evitar el exceso de cafeína (se ha asociado el consumo excesivo de cafeína con un mayor riesgo de aborto)
- comer correctamente
- descansar lo suficiente; y evitar las conductas sexuales riesgosas (como tener sexo sin protección)
Si su hija adolescente fuma, bebe alcohol o se droga, su proveedor de atención médica puede ofrecerle formas para ayudarla a dejar.
Nutrición
Comida rápida, bebidas gaseosas, dulces: las dietas de los adolescentes son notablemente desequilibradas. Comer bien aumenta enormemente las probabilidades de su hija adolescente de tener un bebé saludable, de modo que aliéntela a mantener una dieta bien equilibrada que incluya abundante cantidad de frutas, vegetales y panes integrales (use como guía la pirámide nutricional).
Los nutrientes importantes incluyen:
- proteínas (carne magra, pescado, pollo, clara de huevo, frijoles, mantequilla de maní, tofu)
- calcio (leche y otros productos lácteos)
- hierro (carnes rojas magras, espinaca, cereales fortificados con hierro)
- ácido fólico (vegetales de hoja verde, frijoles, arvejas, cereales fortificados)
También es esencial beber mucha agua.
El embarazo no es momento para que su hija adolescente se ponga a dieta. Cuando están embarazadas, es posible que algunas adolescentes sientan la tentación de contrarrestar el aumento de peso normal del embarazo reduciendo calorías o haciendo demasiado ejercicio, dos cosas que pueden provocar un daño grave a sus bebés. Si usted sospecha que su hija adolescente tiene una preocupación enfermiza por el peso, hable con su proveedor de atención médica.
Ejercicio físico
Si su hija adolescente estaba en buen estado físico antes de quedar embarazada y no experimenta ninguna complicación relacionada con el embarazo, probablemente su proveedor de atención médica la aliente a que siga haciendo ejercicio.
A la mayoría de las mujeres les resulta beneficioso hacer algo de ejercicio durante el embarazo, aunque es posible que tengan que modificar su actividad. Los ejercicios de bajo impacto, como caminar o nadar, son los mejores. Dígale a su hija que hable con su proveedor de atención médica sobre sus planes de ejercicio físico al comienzo.
Estrés
La mayoría de las adolescentes se convierten en madres sin estar preparadas para el estrés que implica tener un recién nacido, y muchas sienten frustración, resentimiento e incluso enojo hacia sus bebés, lo que puede explicar por qué las madres adolescentes son más propensas a abusar de sus bebés y descuidarlos.
Sería aconsejable que hable con el médico de su hija para analizar de qué formas usted la puede ayudar a manejar los niveles de estrés de modo que pueda afrontar mejor los cambios en su vida. También sería bueno que pase algo de tiempo con otros padres de recién nacidos para que tenga una mejor percepción de lo que implica cuidar a un bebé.
Clases prenatales
Es posible que el proveedor de atención médica de su hija le recomiende tomar clases sobre embarazo, parto y crianza. Estas clases (algunas de las cuales son exclusivas para adolescentes) pueden ayudarla a prepararse para el lado práctico de la maternidad, ya que enseñan habilidades tales como alimentación, cambio de pañales, seguridad infantil y otras técnicas básicas de cuidado de bebés.
Preparación para nuevas responsabilidades
Es necesario tener en cuenta muchas cuestiones prácticas. Su hija, ¿se quedará con el bebé o lo dará en adopción? Si se queda con él, ¿lo criará ella sola? ¿Seguirá yendo a la escuela? El padre, ¿participará en la vida del bebé? ¿Quién será responsable del bebé desde el punto de vista financiero?
Las respuestas a estas preguntas a menudo dependen del apoyo que reciba su hija. Algunas adolescentes crían a sus hijos solas, otras cuentan con la participación del padre del niño y otras con el apoyo de sus familias.
Como padre, es necesario que piense en su propio nivel de participación y compromiso y que lo hable con su hija. ¿Cuánto apoyo (financiero y de otro tipo) puede ofrecer y cuánto está dispuesto a ofrecer? ¿Vivirán su hija y el bebé con usted? ¿Usted la ayudará con los gastos de alimentación, ropa, visitas al médico y otros artículos necesarios como un asiento para auto y un cochecito? ¿Puede usted ayudar con el cuidado del niño mientras su hija trabaja o va a la escuela? Un trabajador social puede ayudarlos a usted y a su hija a analizar algunas de estas cuestiones.
Si es posible, lo mejor es que las adolescentes embarazadas terminen la escuela para poder conseguir empleos mejores y crear una vida mejor para sí mismas y para sus bebés. Ésta no es una tarea sencilla: entre un 60% y un 70% de las adolescentes embarazadas abandona la escuela. Y volver una vez que se abandonó es especialmente difícil, de modo que trate de ofrecerle a su hija el apoyo que necesita para terminar la escuela: se beneficiarán tanto ella como el bebé. Consulte si hay programas escolares y comunitarios que ofrezcan servicios especiales para madres adolescentes, tales como cuidado de niños, paseos o clases particulares.
Ayude a su hija a comprender que a pesar de que tener un hijo es gratificante, no siempre es entretenido: cuidar a un bebé es una enorme responsabilidad y un compromiso para toda la vida. Prepare a su hija para la realidad de que no tendrá tanto tiempo para las cosas que solía hacer, que su vida está a punto de cambiar y que el bebé tendrá prioridad.
Como padre, usted puede tener una gran incidencia en la vida de su hija y en su bebé. Tal vez aún ahora usted desearía que ella hubiera tomado otra decisión. Pero al apoyar a su hija, asegurarse de que reciba una buena atención prenatal y escucharla cuando comparte sus miedos y ansiedades, es posible que ambos descubran que a la larga son mejores padres.
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