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ES Curso- Manual de Auriculoterapia- Descargar Gratis PDF
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INTRODUCCION
Hace varios años viví una experiencia insólita, inédita. Marcó
un jalón decisivo que me impulsó a intensificar los tratamientos
con auriculopuntura que había iniciado, tímidamente, algunos
meses atrás.
Había observado que pacientes, en los que no obtenía mayores beneficios con acupuntura, mejoraban rápida y sorpresivamente si implantaba las agujas en las orejas siguiendo la
técnica de uno de mis libros de estudio sobre el tema.
Atendí en aquella oportunidad a una mujer de mediana edad
que presentaba frondosa sintomatología. Se quejaba de
intensos dolores y parestesias en el miembro superior derecho,
con disminución de la movilidad del mismo, principalmente de
la muñeca. Tenía colocado en la cara palmar de ésta un
aparato de yeso sujeto por una muñequera, con el único objeto
de impedir los movimientos de la mano por el intenso dolor que
provocaban.
Al examinarla comprobé que la movilidad del cuello hacia la
derecha estaba disminuida en unos 30 o 35 grados, a lo que la
enferma no le asignaba mayor importancia porque sólo le
provocaba mínimas molestias. Completaban el cuadro dolores
en la región supraclavicular y parte alta del dorso.
Los tratamientos médicos tuvieron resultado negativo, por lo
que le aconsejaron la intervención quirúrgica pero, no aceptó
porque tenía fecha para viajar y radicarse en el exterior a los
pocos días. Se trataba, posiblemente, de un síndrome del túnel
carpiano; no pude afirmarlo en ese momento porque no tenía
en su poder los exámenes complementarios correspondientes.
Todos sabemos que, en su pasaje por la muñeca, el nervio
mediano está envuelto y protegido por un tejido fibroso denso
que le forma un verdadero túnel que lleva el nombre del nervio
que lo recorre, y, distintos procesos que comprimen al nervio
en el mismo dan la sintomatología característica y por todos
conocida.
Ya había iniciado —repito— mi práctica con Auriculoterapia.
Podía tratar individualmente cada región afectada: hombro,
muñeca, etc. pero, cómo haría para devolver la movilidad al
cuello, aunque no molestara a mi paciente?
Indudablemente había que pensar en una causa común. No
encontraba otra explicación que una compresión a nivel del
origen del nervio en la red nerviosa del cuello (plexo braquial),
o de las raíces a la salida de los agujeros de conjunción; y no a
nivel del túnel carpiano.
Decidí iniciar el tratamiento en el cuello y no en la muñeca como le habían propuesto a mi paciente.
No encontré manera más simple e inocua que punturando las
orejas en los puntos correspondientes. Los más indicados eran
el 37 (columna cervical) y 41 (cuello). Ver, Aparato Locomotor,
Cervicobraquialgias. (Pág. 105)
La respuesta fue espectacular. Le pedí que volviera a girar la
cabeza y lo hizo, ahora, con la máxima amplitud en todas
direcciones. También pudo mover fácil, libremente y sin dolor
hombro y codo. Habían desaparecido, incluso, —para mi
sorpresa— los dolores supraclaviculares y del dorso. Le pedí
que se sacara el aparato de fijación de la muñeca. Empezó a
mover la mano en todas direcciones sin la menor molestia.
Había obtenido el 100% de mejoría de la manera más sencilla,
con unas pocas agujas y en algunos segundos.
A las 24 horas había perdido el 20 ó el 30% de lo ganado. Le
practiqué la segunda aplicación obteniendo nuevamente el
100% de mejoría; 48 horas después sólo se quejaba de
algunas molestias. Le repetí el tratamiento con los mismos
resultados que en los anteriores.
Por las razones antes expuestas —su partida al exterior— no
pude seguir su evolución completa.
Un caso similar presento con la Historia Clínica siguiente.
19/7/85. B.O. 60 años. Casado. Empleado.
Consulta por dolor y disminución de la movilidad del cuello.
Dolor intenso y parestesia en miembro superior derecho, especialmente muñeca y mano. Imposibilidad de cerrar el puño por
el intenso dolor. Parestesia en el mismo miembro. Tenía fecha
para operarse a los pocos días.
El estudio electromiográfico del 5.6.85 informa: “topografía de
lesión en el tronco del nervio mediano derecho en su pasaje
por el carpo, configurando un síndrome del túnel carpiano”.
Inmediatamente después de la primera aplicación se obtiene
una mejoría del 100%, con los puntos 37 (columna cervical) y
41 (cuello).
El 28.7.85, después de la quinta aplicación se le da el alta totalmente recuperado. Visto catorce meses después se
encuentra asintomático. Me he encontrado con personas
jóvenes que me han llevado a relacionar este síndrome con
una crisis emocional intensa ocurrida unas semanas antes de
la aparición de los síntomas. Tenemos derecho a pensar que
ésta ha provocado por vía refleja una contracción de los
músculos del cuello. En la posición de lucha, estos músculos
juntamente con los pectorales forman una coraza, tanto para el
ataque como para la defensa.
Esta contracción —convertida en contractura sostenida si no
ha desaparecido la causa que la provocó— puede comprimir
directa o indirectamente las raíces antes mencionadas, entre
los músculos escaleno anterior y medio o a nivel de los
agujeros de Conjunción por la contracción de los músculos
intervertebrales.
Pienso que el efecto de las agujas es provocar una relajación
de estos músculos: de ahí, entonces, la sensación de bienestar
que refieren estos pacientes, coincidente con la desaparición
de los síntomas.
¿Cuántas crisis asmáticas tienen este mismo origen? Tenemos
todo el derecho a pensar que en estos casos la acción de la
agujas tiene el mismo efecto sobre la musculatura bronquial, —
entre otros—, lo que explicaría la rápida desaparición de la disnea.
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