Se denomina cirugía (del griego χείρ cheir "mano" y ἔργον érgon "trabajo", de donde χειρουργεία cheirourgéia
"trabajo manual") a la práctica que implica manipulación mecánica de
las estructuras anatómicas con un fin médico, bien sea diagnóstico,
terapéutico o pronóstico.
La cirugía no se desarrolla hasta los siglos XII y XIII. En el siglo
XIII los estudios de cirugía más importantes se llevan a cabo en torno a
Bolonia, donde se crea una escuela de cirugía. El más importante de los
cirujanos es Lanfranci de Milán, que escribió una cirugía magna, que es una enciclopedia del saber quirúrgico hasta el siglo XIII.
En el siglo XIV nos tenemos que desplazar a Francia, donde
sobresalieron Henri de Mondeville (cirujano de cámara de Felipe IV y
descriptor de un tratamiento nuevo para las heridas quirúrgicas) y Guy
de Chauliac (Guido de Chauliaco) (c. 1260-1368), que también elabora un
tratado que será reeditado y utilizado hasta el siglo XVI. Guy de
Chauliac, hace 600 años, hizo una descripción del cirujano a la que los
siglos poco han añadido y nada han quitado: Que el cirujano sea audaz
en las cosas seguras y precavido en las peligrosas; que evite los
tratamientos y prácticas defectuosas. Debe ser amable con el enfermo,
respetuoso con sus compañeros, cauteloso en sus pronósticos. Que sea
modesto, digno, amable, compadecido y misericordioso; que no codicie el
dinero ni sea socaliñero; que su recompensa sea según su trabajo, los
medios del paciente, la clase del asunto y con su propia dignidad.
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