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Libro- Primeros Auxilios- Descargar Gratis
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Índice
1. Introducción 5
2. Conflictos armados y otras situaciones de violencia 15
2.1 Tipos de situaciones 17
2.2 Características especiales 18
3. Preparación de los socorristas 23
3.1 El cometido humanitario de los socorristas 25
3.1.1 Conocimiento y respeto de los emblemas
distintivos y de las normas básicas
de protección de las personas 25
3.1.2 Fortalecimiento del prestigio moral
del socorrista y de la imagen de la Cruz
Roja y de la Media Luna Roja 28
3.2 Deberes y derechos de los socorristas 30
3.2.1 Deberes de los socorristas 30
3.2.2 Derechos de los socorristas 31
3.3 Programas de formación especial 32
3.3.1 Conocimientos técnicos 32
3.3.2 Capacidades personales 33
3.4 Equipo del socorrista 40
3.5 Plan preparatorio 43
3.5.1 Por norma 43
3.5.2 Durante la fase de movilización 43
3.5.3 Sobre el terreno 44
3.6 Defensas contra el estrés 46
4. Cuidado de los heridos 49
4.1 Objetivos y responsabilidades 51
4.2 Entorno 52
4.2.1 Peligros 52
4.2.2 Problemas específicos de salud 53
4.3 Principales directrices operativas para prestar
asistencia 54
4.3.1 La cadena de asistencia a los heridos 54
4.3.2 Comunicación, presentación
de informes y documentación 57
4.4 Cómo actuar sobre el terren 62
5. Análisis de la situación 65
5.1 Seguridad y protección 69
5.1.1 Seguridad del socorrista 71
5.1.2 Evaluación de la seguridad del escenario 75
5.2 Protección de los heridos 78
5.2.1 Movilización de urgencia de los heridos 78
5.3 ¿Uno o muchos heridos? 82
5.4 Pedir ayuda 83
5.5 Alerta 84
6. Tratamiento de los heridos 87
6.1 Examen inicial y medidas
inmediatas de soporte vital 93
6.2 Examen completo y medidas de estabilización 100
6.3 Casos especiales 105
6.3.1 Minas antipersonal
y otros restos explosivos de guerra 105
6.3.2 Gas lacrimógeno 106
6.3.3 Los moribundos y los muertos 108
6.3.4 Paro cardíaco 111
7. Situación con gran número de heridos: clasificación (triage) 113
8. Tras prestar asistencia sobre el terreno 121
8.1 En el punto de recogida y en los eslabones
siguientes de la cadena de asistencia
a los heridos 123
8.2 Traslado 124
8.2.1 Requisitos 124
8.2.2 Medios y técnicas de traslado 126
9. Otras tareas de los socorristas 129
10. Tras la intervención 135
10.1 Cuidado de uno mismo 137
10.1.1 Sesión de información de la misión realizada 138
10.1.2 Relajación 138
10.2 Gestión del equipo y de los suministros 139
10.3 Sensibilización acerca de los restos explosivos
de guerra 140
10.4 Actividades que contribuyen a la recuperación
de la población 143
10.4.1 Presencia de la Cruz Roja
y de la Media Luna Roja 143
10.4.2 Promoción de la labor humanitaria 144
10.4.3 Formación en primeros auxilios 145
TÉCNICAS
Técnicas de soporte vital 149
6.1.1 Vías aéreas: evaluación
y actuación 151
6.1.2 Respiración: evaluación y actuación 158
6.1.3 Circulación: evaluación y actuación
en caso de hemorragias visibles 164
6.1.4 Disfunción neurológica:
evaluación y actuación 172
6.1.5 Exposición: evaluación y actuación 178
Técnicas de estabilización 181
6.2.1 Lesiones de la cabeza y el cuello:
evaluación y actuación 183
6.2.2 Lesiones torácicas: evaluación
y actuación 188
6.2.3 Lesiones abdominales: evaluación
y actuación 192
6.2.4 Lesiones de la parte posterior del tórax
y del abdomen: evaluación y actuación 197
6.2.5 Lesiones de las extremidades: evaluación
y actuación 199
6.2.6 Heridas: evaluación y actuación 204
ANEXOS 213
1. Glosario 215
2. Mecanismos de las lesiones 219
3. El botiquín de primeros auxilios 225
4. Cómo dirigir un equipo de socorristas 229
5. La cadena de asistencia a los heridos 233
6. El puesto de primeros auxilios 237
7. Nuevas tecnologías 243
8. Comportamiento seguro en situaciones
de peligro 245
9. Recogida e inhumación de cadáveres 257
FICHAS
Los Principios Fundamentales del Movimiento Internacional de la Cruz Roja
y de la Media Luna Roja
Nociones básicas de derecho internacional humanitario (DIH)
Los emblemas distintivos
Mensajes de comunicación y alfabeto internacional
Tarjeta médica
Valores normales de las constantes vitales en reposo
Lista de registro de heridos
Prueba de autoevaluación del estrés
La higiene y demás medidas de prevención
Cómo potabilizar el agua
Cómo prevenir las enfermedades que se transmiten por el agua
En caso de diarrea
PRÓLOGO
Prestar los primeros auxilios no consiste exclusivamente en practicar una respiración
artificial, colocar apósitos en una herida o trasladar a un herido al hospital. También es
tomar a alguien de la mano, reconfortar, con entrega, a quien tiene miedo. En los conflictos
armados y otras situaciones de violencia los socorristas asumen el riesgo de sufrir lesiones,
a causa de peligros existentes, como disparos de armas, derrumbe de edificios, vehículos
en llamas, escombros inestables y gases lacrimógenos. Se acercan para ayudar a los
heridos, cuando el reflejo más natural sería el de huir en sentido opuesto. Por último, quien
presta los primeros auxilios se arriesga, ya que, en tiempo de crisis, nadie sale indemne de
estos encuentros tan próximos con los demás. Si bien es cierto que los socorristas viven
experiencias enriquecedoras, a veces, deben enfrentarse a la desesperación, cuando, pese
a los mejores esfuerzos y a toda su experiencia, la persona cuya vida luchan por mantener
exhala su último aliento. Mediante su compromiso, su entrega desinteresada y su disposición
a sufrir posibles daños físicos y psicológicos, los socorristas demuestran su humanidad en el
sentido más pleno de la palabra, y tenemos una inmensa deuda de gratitud con ellos, tanto
más cuanto que efectúan sus tareas lejos del juicio público, pues no buscan reconocimiento
alguno, sino sólo ayudar a los demás y, con ello, engrandecen el sentido de su vida.
Por lo que respecta a los ideales del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la
Media Luna Roja, hay un significado especial en los primeros auxilios que se prestan en
situaciones de violencia. Se avienen con la visión humanista de un mundo en el cual la
dignidad de un enemigo merece tanta consideración como la de un amigo o, ciertamente,
como la de sí mismo. Es un acto desinteresado. No entraña significado o mensaje político
alguno, aunque puede tener repercusiones de índole política, cuando es símbolo de la
solidaridad internacional. Quien restaña las heridas de un semejante, escucha y brinda
una nueva esperanza, y no defiende una causa. Los socorristas son imparciales, neutrales,
independientes y no les mueve el afán de lucro. Por encima de todo son humanos, como
Henry Dunant, el primer socorrista del Movimiento, en el campo de batalla de Solferino, el
año 1859. Recordemos sus palabras para describir lo que sintió cuando vio el escenario: «El
sentimiento de la propia gran insuficiencia, en tan extraordinarias y solemnes circunstancias,
es un sufrimiento indecible».
Sería un error considerar a un socorrista sólo como un actor local en los acontecimientos
dramáticos que acontecen en su entorno, se trate de un conflicto armado, de una
manifestación violenta en la ciudad o de un desastre natural. La importancia que reviste la
labor de los socorristas es universal; no sólo porque pertenecen a un Movimiento que presta
socorro en todo el mundo, sino también porque, cada día, sus acciones forman vínculos que
salvan las diferencias, los prejuicios y la intolerancia. Los socorristas no viven en un mundo
donde las civilizaciones «chocan» unas con otras, o en un mundo maniqueo, en el cual
todos deben tomar partido. Por supuesto, los socorristas tienen sus propias ideas, opiniones
políticas, convicciones laicas o religiosas, e identidades, pero logran trascenderlas y tienden
puentes. Esta hazaña no está al alcance de cualquiera.
Los socorristas están presentes cuando usted los necesita, y están siempre a su
lado, firmemente. Mediante la sensibilización, actividades de formación y campañas de
vacunación, hacen lo que pueden para prevenir situaciones de emergencia. Al mismo
tiempo, se preparan para entrar en acción en caso de una emergencia y buscan a otros para
aunar esfuerzos. En situaciones de crisis, interrumpen sus actividades diarias y emprenden
una acción desinteresada, sin escatimar la energía o el tiempo necesarios. Sin embargo,
obtienen una buena recompensa por el sacrificio personal antes, durante y después de la
crisis, con lo que les aportan los hombres, mujeres y niños en dificultad, cuyos caminos han
cruzado y con quienes permanecen tanto tiempo como sea necesario para aliviar su dolor y
reconfortarlos en su desamparo.
Habida cuenta de todo lo que representan, todo lo que hacen y todo lo que son, los
hombres y mujeres que se hacen socorristas son, para nosotros, portadores de consuelo en
una época en que la gente lucha para asegurar el poder o bienes materiales, en aras de una
fe o de una ideología determinadas, en la consecución de intereses nacionales, y por muchas
otras razones. Todas estas espirales de la violencia juntas nos hacen vulnerables, temerosos,
nos dejan consternados y conmocionados. Nos cuesta tener fe en la humanidad, tener la
esperanza de un mundo mejor para nuestros hijos, esperar con optimismo lo que les depara
su futuro. Experimentamos cierto sentimiento de culpabilidad por dejarles un legado de
peligro y de violencia.
Allí, se cruzan nuestros caminos con los de un socorrista, en el campo de batalla, en un
disturbio, en nuestra calle, o sencillamente en la pantalla de la televisión, y nos conmovemos.
Admiramos con qué soltura se desenvuelven y nos impresionan su rapidez y destreza. Nos
sobrecoge ver sus facciones marcadas por el cansancio, la suciedad en sus rostros y las
magulladuras de sus manos. Se vuelve a tener esperanza. Los socorristas dejan su impronta
de humanidad no sólo en la vida de los enfermos y heridos, sino también, en cierta manera,
en la nuestra.
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