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Este es un tema conocido y común, desafortunadamente. Estamos en
un mundo donde el sexo es la sal de todas las comunicaciones. Y dentro de
este paquete de la pornografía, vienen la masturbación.
La pornografía se ha convertido en una adicción, es tan perniciosa y tan
agresiva que tiene cautivas a miles de personas y ha penetrado fácilmente a la
iglesia.
El hablar de esto y conocer las estratégicas básicas para defenderse y
contraatacar es indispensable en nuestros tiempos. Ahora es tan sencillo
consumir pornografía como hacer un “clic” y a veces sin necesidad de ello.
Ligada a la masturbación, la pornografía representa uno de los
principales enemigos de la santidad de los varones en las iglesias. Ha dejado
de ser un tema para hablar con jóvenes y adolescentes, para convertirse de
tema de todos los varones de la iglesia.
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