La vitamina C, enantiómero L del ácido ascórbico o antiescorbútica, es un nutriente esencial, en particular para los mamíferos.1 La presencia de esta vitamina es requerida para un cierto número de reacciones metabólicas
en todos los animales y plantas y es creada internamente por casi todos
los organismos, siendo los humanos una notable excepción. Su
deficiencia causa escorbuto en humanos,2 3 4 de ahí el nombre de ascórbico que se le da al ácido, y es ampliamente usada como aditivo alimentario para prevenir este último.2
El farmacóforo de la vitamina C es el ion ascorbato. En organismos vivos, el ascorbato es un antioxidante, pues protege el cuerpo contra la oxidación, y es un cofactor en varias reacciones enzimáticas vitales.
Los usos y requisitos diarios de esta vitamina son origen de debate.
Se ha afirmado que las personas que consumen dietas ricas en ácido
ascórbico de fuentes naturales, como frutas y vegetales son más
saludables y tienen menor mortalidad y menor número de enfermedades
crónicas. Sin embargo, un metanálisis de 68 experimentos confiables en
los que se utilizó la suplementación con vitamina C, y que involucra
232.606 individuos, concluyeron que el consumo adicional de ascorbato a
través de suplementos puede no resultar beneficioso como se pensaba.
0 comentarios:
Publicar un comentario